Haz intentado que tu mirada luzca radiante, que tus parpados no luzcan caídos y que la expresión de tu rostro no sea cansada. Ya intentaste con todos los cosméticos posibles, poniendo la línea del ojo abajo, arriba, más larga o corta, y nada funciona.
Lo que necesitas es un BLEFAROPLASTIA
La cirugía de los párpados (blefaroplastia) es una técnica quirúrgica que consiste en corregir el exceso de piel y las bolsas de grasa de los párpados superiores e inferiores. Estos síntomas, causados por el paso de los años, dan una apariencia de envejecimiento y cansancio que afecta al conjunto de la cara.
No hay una edad más adecuada para este tipo de intervención ya que la aparición de bolsas bajo los ojos puede darse tanto en edades tempranas como avanzadas, aunque a medida que los tejidos de esa zona se van relajando, se acentúan las bolsas y hay más piel en exceso.
La blefaroplastia (cirugía de los párpados) es una cirugía breve, con un postoperatorio sencillo y con unos resultados duraderos. Esta técnica puede aplicarse sola o junto a otras cirugías estéticas de la cara destinadas a eliminar las arrugas faciales o flacidez del rostro.
Procedimiento
La cirugía de los párpados
superiores consiste en extirpar la piel sobrante y restaurar la tensión normal del músculo. En los casos que lo requieren, también se extirpan las bolsas de grasa.
En los párpados inferiores, se eliminan las bolsas de grasa que en ocasiones pueden llegar a tener grandes dimensiones. Esta intervención puede realizarse de dos maneras:
1. Vía externa: se realiza un pequeño corte bajo las pestañas por el que se extraen las bolsas de grasa y se cierra mediante una sutura muy fina que, al mismo tiempo, sirve para tensar la piel.
2. Vía interna (transconjuntival): consiste en hacer una pequeña incisión en el interior del párpado, sin herida externa, por la que se saca la grasa a través de la mucosa interna del párpado. No es necesaria sutura ya que este tejido cicatriza muy bien por sí mismo. En este tipo de operación se protegen los ojos con unos lentes de contacto especiales (protector ocular) después de poner unas gotas anestésicas. Este procedimiento es el más común para personas menores de 45 años que no necesitan que se extirpe piel. La gran ventaja de esta técnica es que no deja cicatriz y que no puede cambiar la forma de los ojos.
En ambos casos la piel de la zona circundante a los ojos queda protegida con unos apósitos estériles durante todo el proceso.
La duración de la intervención acostumbra a ser de media a una hora, dependiendo de si se operan los cuatro párpados a la vez o sólo los superiores o los inferiores.